Una
cuestión pendiente
María San Gil.
Miércoles 13 de marzo
Centro Ibercaja, Portales 48 Logroño
Acabamos de celebrar
las primeras cuatro décadas de la Constitución española de 1978. Un periodo de
tiempo en el que hemos alcanzado un nivel de desarrollo y bienestar como nunca
habíamos conocido los españoles.
Sin embargo, lo
primero que hay que recordar es que estos logros no han sido fruto de la
casualidad, sino de un esfuerzo sostenido, generoso y, en muchos casos
incomprendido de miles de españoles.
Ya sea por
ignorancia, frivolidad o malicia, con frecuencia se escuchan los mensajes de ciertos políticos
y algunos sectores de la sociedad que minusvaloran los sacrificios que ha
costado llegar a esta situación.
Se olvida la lacra
del terrorismo que ha supuesto casi un millar de víctimas y muchos miles de
familiares afectados y otros tantos miles de exiliados.
Aunque ahora no
exista la probabilidad de atentados físicos, cabe preguntarse si no se están
cometiendo otros tipos de atentados morales e intelectuales contra la sociedad
española en general y contra muchas personas en particular, al pasar página
con tanta inconsciencia.
Junto a muchos
asesinatos sin esclarecer, cabe preguntarse si los terroristas, parodiando a
Clausewitz en su célebre definición de la guerra, no están consiguiendo los
mismos fines por los que lucharon, con otros métodos.
Cabe plantearse si existe la información
verdadera, para las nuevas generaciones, y el recuerdo debido por parte de
quienes conocimos el terror etarra.
Nada de esta situación hubiera sido
posible sin la generosidad y el valor de
miles de ciudadanos que sufrieron amenazas, marginación social e incomprensión.
Muchos de ellos, civiles o miembros de los cuerpos de seguridad, niños,
ancianos, hombre y mujeres, fueron asesinados.
María San Gil, es una mujer que
simboliza el compromiso y el coraje de la lucha por una sociedad libre, justa y
solidaria, donde simplemente ejercer un cargo político, era una amenaza de
muerte. Con treinta años vio cómo mataban a Gregorio Ordoñez mientras almorzaba
con él. Lejos de acobardarse, a partir de ese momento su vida es un testimonio
de compromiso con esos valores y virtudes sobre los que se asienta nuestra
convivencia.
Como ella misma ha
dicho, la raíz profunda de la situación
actual es el relativismo y una cierta cobardía: “Hay una crisis de valores, y
el primer valor que se pierde es “el valor”, es decir, la valentía. Nos da
vergüenza defender nuestros valores, que son la esencia de la persona desde
hace más de 2000 años”.
Aquí puedes ver el video de la conferencia
Y unas fotos de la misma:
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