Encuentros
y desencuentros desde la Transición.
Francisco Vázquez.
Miércoles, 27 de febrero a las 19:30
Centro Ibercaja La Rioja
c/ Portales , 48 - Logroño
España ha alcanzado
un nivel de desarrollo económico, social y cultural envidiable, aunque, como es
obvio quedan muchas cosas por mejorar. Una de las causas de este bienestar
reside en la inteligencia, generosidad y voluntad con la que se logró la
Transición y se elaboró la Constitución del 78. No fue una tarea fácil, pero sí
una tarea digna de admiración. Sin embargo, ese esfuerzo hoy se olvida, se
manipula y se intenta, de algún modo, reinventar la historia o volver a
escribirla sobre aventurismos políticos.
Fue un esfuerzo
generoso de personas, partidos e instituciones. Entre ellas, merece un lugar
destacado la Iglesia católica española. Como señaló el recientemente fallecido,
cardenal Fernando Sebastián: “actualmente
se ha olvidado un poco la aportación de la iglesia al advenimiento pacífico de
la democracia en España… por eso, resulta anacrónico e injusto seguir manteniendo
las viejas sospechas contra la iglesia como enemiga de la democracia…”
No
sólo se olvida su papel, sino que en ciertos sectores aparece de forma obsesiva
los ataques contra ella, contra las libertades religiosas, contra los acuerdos
internacionales subscritos, así como contra las obras sociales, ya sean en la
enseñanza, en la sanidad o en los servicios sociales que presta. Obras sociales
sin las cuales difícilmente se podría sostener el estado de bienestar, como se
ha puesto de manifiesto en la crisis económica en la que la ayuda de Cáritas y
otras instituciones católicas, ha sido fundamental.
Algunos partidos e
intelectuales, que se autodenominan progresistas, confunden de modo
intencionado el Estado aconfesional con un laicismo decimonónico de carácter
beligerante y anticlerical.
En estos momentos,
conviene volver a las raíces para reconocer la grandeza de nuestra democracia y
plantearnos con rigor el papel que deben tener las instituciones religiosas, en
especial la Iglesia Católica.
¿Qué papel tuvo la
iglesia en la Transición española? ¿Deben garantizarse la libertad religiosa y
sus manifestaciones externas? ¿Tiene sentido una laicidad agresiva o debemos
apostar por una laicidad positiva que reconozca el papel de las iglesias como
acertó a ver Tocqueville, uno de los grandes pensadores de la democracia?
¿Deben denunciarse los acuerdos firmados con la Santa Sede? ¿Deben recortarse
los servicios que presta la Iglesia y asumirlos el Estado?
Para ayudarnos a
plantear y a dar respuesta a estos interrogantes, contamos con la presencia de
un ponente de lujo que vivió de primera mano la Transición. Siempre hizo gala
de su condición de político socialista y de sus creencias de católico
comprometido.
Francisco Vázquez elegido diputado en la legislatura constituyente de 1977, permaneció
como parlamentario en el Congreso hasta el 2000. Intervino en los trabajos de
elaboración de la Constitución Española y del Estatuto de Autonomía de Galicia.
Alcalde de La Coruña desde 1983 hasta 2006 y presidente de la Federación de
Municipios. Fue senador y embajador ante la Santa Sede desde 2006 hasta 2011.
En 2014 se dio de
baja como militante del PSOE por discrepancia con la línea del partido que, en
su opinión, había abandonado el espacio de centro izquierda.
Vídeo de la conferencia:
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